viernes, 21 de octubre de 2016

SANGRANTE PARADOJA MUNICIPAL

              El Cronista Oficial en la Villa, del PSOE  (¿quién puede negar el aserto?), viene últimamente haciendo positiva  referencia en sus escritos (como no puede ser de otra manera sin reiterar algunas estulticias historiológicas en que ha caído al respecto no ha mucho), al genial y famoso artista nacido en Cártama y patrimonio activo de toda la comarca, e incluso de España,  JOSE GONZÁLEZ MARÍN, de lo cual, nos congratulamos todos los que amamos nuestra historia incluidos sus personajes ilustres.


Con ello coadyuva dicho cronista oficial a recuperar y a desagraviar ante  sus jefes la excelsa memoria del predilecto hijo de la villa, JOSÉ GONZÁLEZ MARÍN, tan vilipendiada hasta la infamia denigrante  por el elemento oficial del lugar,  a los cuales deja dicho cronista en el más  cutre de los  ridículos porque, si el propio cronista ensalza implícitamente a nuestro insigne paisano (como no puede ser de otra manera, repito), qué razón tienen  sus virtuales patrones para haberlo venido infamando hasta  la calumnia lesiva, e incluso quitarle ab absurdo  su nombre al Teatro que lo llevó en Cártama desde 1.942, siendo él el personaje más famoso de las tablas y candilejas del mundo en su personal y noble arte escénico. Amén de quedar fuera de todos los homenajes reivindicativos  que la comarca ha dedicado a su hijo adoptivo nacido en Cártama.  Ya lo dijo Azorín en si libro “El político”: “No hay  zorra con dos jopos; quienes no saben que es un pareado, no les pidan que escriban un romance” Pero, est modus in rebus.VALE

OTROSI: Dejamos para otro momento el sabroso comentario que tiene lo que se dijo y se hizo constar en acta referente al cambio de nombre de nuestro Teatro, en el pleno extraordinario de 20 de febrero de 2.014. Constituye una aleluya a la incoherencia, el sectarismo y la sinrazón, sin que ello quedara a la zaga el tonsurado edil bisagra (Escalona Idañez) que tanto se distinguió cuando estaba en  la oposición para que no le quitaran el nombre del rapsoda al Teatro y, en la sesión de Pleno a que me refiero, y ante el estupor general, ahora se adhirió a que no se le  restituyera. Es así este hombre: Se cambia de chaqueta como las culebras rastrojeras mudan de piel.