martes, 21 de noviembre de 2017

NUEVO LIBRO: "MEMORIAS DE UN NIÑO DE LA GUERRA..."


He terminado, y está en edición, mi libro, "ECOS DE LA ALHÓNDIGA",  que recoge en unos 60 relatos toda esa rica cultura  campesina de nuestros antepasados hasta la primera mitad, inclusive, del pasado siglo XX.
 Y,  ahora, para no andar vagueando ni contemporizando con lo que se ha dado en llamar, congruente con la estulta  realidad de hoy,  la "POSVERDAD", o sea, "el estado de la mentira podrida",  he empezado a escribir mi nuevo trabajo que titulo, en consonancia con las fotos que siguen, "MEMORIAS DE UN NIÑO DE LA GUERRA"

Pido a Dios, al que  me encomiendo siempre en momentos comprometidos,  me de tiempo de terminarlo, si es que las presiones no me deciden a abandonar el leal empeño que, como es mi norma,  será ajustado milimétricamente a la objetividad y realidad de verdad de un trozo de nuestra próxima pasada historia  que  me tocó alcanzar a conocer y sufrir.

Algunos (a), ya me han apuntado  sus "dudas"  sobre  si  un niño con cinco años  (los que yo tenía cuanto estalló la guerra)  puede acordarse de lo que sucedía en su entorno y familia con esa edad. En todo caso yo digo que sí y, más, si con esa edad (jamás hablé de esto antes porque mi propios padres lo hacían)  a un niño le matan en un mes siete personas allegadas (tíos, abuelos, persiguen a su padre que se escapa del coche cuando lo llevaban a matar, tio abuelo, y. amigos que me quería y yo les quería (trabajadores del cortijo de la Alhóndiga  en el que no había otros niños con los que jugar y, ellos (entre otros) hacían de niños conmigo, por ejemplo, Frasco Porras y Diego Pupilo, ambos muertos en esas fechas por sus ideologías (me da igual cuales) y, luego cuando entra el otro bando, más de lo mismo en familiares y conocidos, yo les digo a quienes me objetan la edad que, si ellos se ven en esta tesitura les quedan recuerdo imborrable de ella mientras vivan; en su defecto, denotan ser  indigentes nemotécnicos, amén de evidenciar una distonía neurovegetativa y de caletre muy preocupante.

Sí, se está mintiendo demasiado (hasta en los colegios), a las actuales generaciones sobre dicha aciaga parte de nuestra historia.

El hombre se distingue de los animales y de las fieras por la palabra, de manera que si prostituimos ésta con la mentira, nos situamos (¡que horror!),  a la altura y condición de las fieras.

Todos los pueblos cuya historia la escriben los políticos, que suelen distorsionarla por espurios intereses ideológicos,  han caído en el precipicio. Así está escrito en la propia Historia: Precisamente ahora tenemos un fehaciente ejemplo de mi aserto  en los independentista catalanes, que ya vemos que están haciendo con un trozo de la patria común, a base de usar la letal  faca de la MENTIRA.  

Sin comentarios para ninguna de estas fotos; ¿o hacen falta...)