sábado, 26 de noviembre de 2016

LEY ANTICORRUPCIÓN, DE VAGOS Y MALEANTES Y POLÍTICOS Y PRENSA



La Ley Anticorrupción (de dudosa necesidad por abarcar su contenido el Código Penal y congruentes), sí se está usando  por algunos partidos políticos, por cierta prensa, en tertulias televisivas y radiofónicas  y, parte de  la propia sociedad hipócrita, alienada y sectaria, como se usó la de  la II República (que la hizo) y algún tiempo el franquismo hasta que éste la derogó: LEY DE VAGOS Y MALEANTES.
 Era esta última, sencillamente, una ley contra el contrario político o social y, contra los indigentes de solemnidad que vivían en las calles, los mendigos etc; una ley política paralela y más expeditiva y sin juicio previo que las del ordenamiento jurídico consuetudinario.  Una ley irracional, demagógica, carente de  sustancia moral  y de equidad jurídica. El “caso” (uno por cientos) de Rita Barberán es un ejemplo paradigmático.
¡Qué triste  escena la del macandito pijo Albert Ribera de Cs, pidiendo la  cabeza de tan preclara política --- 6 legislaturas alcaldesa de Valencia, cinco por mayoría absoluta --- y por un presunto blanqueo de 1.ooo Euros, ya no vale nada de lo hecho y se la persigue como si fuera una “vaga y maleante” por aquellos, sin excepción, que tienen más de que callar; y condenan sin remisión  cuando   ni siquiera esta gran señora de pro ha  sido juzgada ni, mucho menos, sentenciada, mientras él y su partido calla lo de los Pujol, contemporiza con los chanchullos legales de los ERE, punto en boca sobre las empresas paralelas en Andalucía sin dejar atrás los fondos de ayuda a la formación profesional, todos constitutivos de los mayores escándalos de corrupción y  de mayor cuantía de la historia de España y Europa amén de  otros affaire de millones y millones de euros.
Y qué decir, de EREJÓN, el de Podemos (cómo podríamos poner cientos de ejemplo como el de Extremadura con una presidente del PSOE en la cárcel y ningún cacareo político mediático como a doña Rita se  ha formado),  el de las facturas sin contrapartida  de la Universidad de Málaga cuyo importe  se embolsó por la cara y, quien lo propició y facilitó es hoy diputado en las Cortes.
Y el “caso”, aún no estudiado a fondo en todos sus recovecos,  del Hospital Comarcal  del Guadalhorce  en el que se han hecho más fotos nuestros cómicos   políticos (¡que vanidosa desfachatez…!) que Mariling Monroy cuando vivía.
                A propósito de la Ley de Vagos y Maleantes republicana que aún, ya en sus últimos coletazos (1.954-55?) estaba vigente, voy a relatar para  ilustrar este “caso” y en aras de  la memoria histórica, como testigo de excepción que fui,  una vivencia personal de aquellas datas   en las que, con sólo unos 24  años, era yo concejal recién --- dimitido voluntariamente por el “caso” de la biblioteca en cuya obtención para Cártama colabore en Madrid con gastos de mi bolsillo en bien de Cártama --- y fue devuelta porque, alegaron los que ganaron la votación, más útil para esta villa habría sido traer una buena partida de chapulinas y escardillos que libros…” De no haberse devuelto aquellos libros  hoy Cártama no sería, según un informe de  la Universidad de Oviedo para Europa, la última de Andalucía y la sexta por la cola de España en calidad de vida (laboral, cultural, al parecer también lectiva, de turismo  interior, comercial, etc). Sí,  una vez en Cártama los cajones con 8.500 volúmenes, fueron reenviados a otro pueblo cercano. Por eso había dimitido irrevocablemente por escrito en el acto del pleno que acordó devolver los libros con tanto empeño conseguidos.
                Bien, vayamos a la anécdota significativa prometida: Con esos 24 años antes dichos, estaba yo una noche de verano, a eso de de las  11, hablando con mi novia, hoy esposa, en la puerta de su casa, cuando llega un policía y me dice:
                ---Paco, el alcalde, los concejales y un grupo de la Falange, te esperan en el Ayuntamiento para un asunto grave…
                ---Pero si yo he dimitido  y,  además a esta hora…
                ---De eso se ha hablado y el alcalde dice que todavía no te ha admitido  la dimisión; además quiere que te vengas para el Ayuntamiento conmigo…
                ---Bien, vámonos, veremos de qué se trata.
                Cuando llegué al salón de pleno, en efecto estaban reunidos la Corporación y seis miembros de Falange, y, sin más preámbulo, el Jefe de ésta me espeta:
                ---Te hemos llamado porque estamos decididos la mayoría de los presentes a expulsar de Cártama, basados en la Ley de Vagos y Maleantes, al socialista, Fernando Navarro Cortés porque se juega, y le ganan, el dinero de sus hijos y, como sabemos que es amigo tuyo, para que lo sepas y votes con nosotros el acuerdo te hemos llamado, para que después no se diga…
                Me cargué de flema y argüí:
                ---Me parece bien, pero ¿quiénes son los otros que se expulsarán con él?
                --- ¿Los otros…? ¡Qué otros, Pacoooo!
                --- Sí, los otros, los que juegan con él y  le ganan el dinero de sus hijos ¡coño!;  los otros o es que Fernando pierde el dinero de sus hijos jugando a los solitarios! Los otros tendrán que ser expulsados de Cártama también ¿O no, señores jueces…?
                El Jefe de Falange, fuera de sí, adujo enfurecido: “Ya sabía yo que este niñato es un rojillo…;  venga,  vamos a votar”
                Todos los concejales votaron que no se echara a Fernando Navarro y hasta  se abstuvieron los falangistas, incluido su jefe.
                Pues, señores, con las variantes que se quieran, la Ley Anticorrupción por su irracionalidad y defectos, viene a ser otra Ley DE VAGOS Y MALEANTES  republicano-franquista.
                A la otra mañana apareció a lo largo de la fachada del molino aceitero de mi padre una pintada con brocha y alquitrán que en mucho tiempo fue imposible borrar que rezaba: “ ¡FUERA LOS TRAIDORES A FRANCO!” Si, cuando tienes vergüenza y vas derecho por la vida, como decía Unamuno, te dan leña los “hunos” (de Atila) y los otros