miércoles, 17 de agosto de 2016

POLÍTICOS TALES “PERROS DE PITOTO”


                “Pitoto”  fue un cartameño  gran aficionado a la caza. Contaba para ello con  una pequeña jauría de podencos, y algún  galgo, todos  bien cuidados y presuntamente bien amaestrados; pero, pese a ello,  nunca cazaba nada porque, cuando saltaba la liebre o el conejo, sus perros se ponían a cagar sin que, nadie, alcanzara a comprender la razón de tal distonía fisiológica  de los perros de Pitoto; según  aventuraban los más sesudos  del común del lugar, lo más probable fuera que, al igual que hoy,  hasta  la clase perruna  se habían contagiado de la poca vergüenza de muchos de los gobernantes de entonces (en todos tiempos se cocieron habas, aunque, como ahora, jamás) y del relajado y regalado vivir de aquellos “locos años veinte” que desembocaron en la terrible crisis del veintinueve.

               Pues bien,  nuestros actuales políticos (que son plaga de todo pelaje), cuando más graves son los problemas que tiene España (por culpa de ellos), amén de entrarles ganas de ir al baño, u a otro sitio más lascivo (a saber), se van de vacaciones o, se dedican al pánfilo juego de “tú más”, que consiste en acusar al adversario de los presuntos delitos de los acusantes para desviar de tal guisa la atención de un pueblo ya alienado por las logse (o como se diga) y las tertulias de periodistas mercenarios de los distintos partidos.

Enrielado con el talante de la matritense alcaldesa Carmena, que por empatía  con el pueblo se ha aumentado el periodo de vacaciones,  tenemos al fracasado Pedro Sanchez, que cuando más necesita España de su apoyo a un gobierno de salvación (así como suena) se nos esconde por esas playas turísticas a hacer el canelo acompañado de su esposa que no deja un momento de martillearle  el caletre para que luche por ser presidente del gobierno y ella la consorte del presidente, claro está.

 “¡¡¡Cosas veredes amigo Sancho!!!, le dijo don Quijote a su fiel escudero, y, a partir de ahí, aquel se calzó el yelmo de Bambino, asió lanza y fuese a enderezar entuertos. Cómo se echan hoy de menos en España los altruistas, honrados y corajudos enderezadores de entuertos , que la emprendan pica en ristre contra tanto oportunista, pillastre, malandrín, felón, avieso, truhán, villano de corrala, rufián (uno hasta lleva este apellido), pícaro, pillo, embustero, fementido, vago disidente del tajo de los revesos que se han tomado la política por un continuado rengue, etc,etc,etc,   que rumian pasturas en la política española.

 A cualquiera que haya visto la célebre película, “¿A dónde vas Alfonso XII?”, que protagonizaron Vicente Parra y Paquita Rico, tendrá en la memoria aquella escena en la que  el entonces primer ministro, Cánovas del Castillo, a los pocos días de la muerte de la Reina Mercedes acudió a Palacio a despachar asuntos urgentes con el ya viudo rey, enclaustrado en sus habitaciones presa del dolor y la pena.

                El Jefe de recepción le dijo al primer ministro que el rey aún no despachaba asunto alguno. Entonces, Cánovas del Castillo, alzando la voz alegó: “Dígale a su Majestad, que comprendemos  y compartimos  su dolor y su pena, pero que España y los españoles necesitan de su rey…”  Cuando el jefe de recepción entró a comunicarle al Rey el recado de Cánovas, antes de que hablara el Monarca le dijo: “He oído… Lleva razón, dígale  que pase”.


                ¡Qué bien le vendría hoy a España políticos y hombres de Estado como el malagueño Cánovas del Castillo, Sagasta, Canalejas, Dato, Maura, etc. que mandaran de indefinidas vacaciones a esta chusma de políticos, que en muchos casos nos roban, cuando no legislan para ellos y, siempre que hablan nos mienten y tienen a los españoles angustiados con su ineptitud e intereses personales  desmedidos haciendo caso omiso de los del pueblo. Son de peor condición que los perros de Pitoto