martes, 15 de septiembre de 2015

A MI CRISTO TERRENAL

 Resultado de imagen de Cristo en la Cruz

                                                                  
Parábola

         El establo sin heno, aún huele a niño nacido sin semilla de esposo, sin espasmos de madre, y el buey y el asno en sus  burdos pesebres,  lloran  lágrimas de esclavitud y se sienten huérfanos de milagros.

Vida
        
         El vino dulce de tus saberes --sicología rural-- ya no empapa caletres de las gentes de ahora, que todo lo ignoran y todo creen saber y viven soñando que son dioses para lo que  Dios les estorba. No  encuentran, empero, el camino y la senda  de luz y verdad que Tú indicaste para hallar el destino.

Triunfo

         Aquel Procurador de Judea, que en Cartima (cuna de su mujer Claudia) muriera según leyenda ancestral, te hizo un enorme favor: lavar sus manos y obsequiarte un labrado árbol  para erigirte en Dios. Y nosotros, los hombres, como dioses  enanos  seguimos nuestra lucha contra el cielo insondable que Tú prometiste.

Dolor

         Rabí, me duele el alma de hijo de la tierra, cuando pienso que   ineptos políticos, disidentes del humanismo, quieren ocupar tu lugar, y silenciando tu nombre, manipulan a una chusma de vagos anormales y alienados.

  Invocación

         Es necesario, ¡Cristo de veredas y huertos getsemánicos...!, que vengas otra vez, alzado  el ademán, fustigando iracundo al  tropel  de “erenianos” (ERE), de  corruptos y de desalmados mataniños (“dejad que los niños se acerquen a Mí”) en los vientres maternos tal Herodes feroces y crueles.

         Ven.  Cambia este sistema explotador que existe, por el que triunfan los ricos más ricos, y el pobre siempre está triste, y..., el justo, siempre es derrotado. Yo lo se.


         ¡Ven!..., te prometemos otra cruz. Judas que te vendan aún existen...