martes, 4 de noviembre de 2014

APOLOGÍA DE CÁRTAMA Y SU RÍO


                            
         
(Evocaciones apasionadas sin rima, que dedico a mis amigos "lokunos" del río)

  En la noche con guiños de estrellas y cri cri de grillos,

  Estremece el ánima el maléfico chirrío   de una lechuza;

 en lontananza, desde la ribera, llega un  ladrar de perros;

  y, entre sombras, atisban pardos muchuelos  cejijuntos.


  Tarabitea el molino harinero en el centro del pueblo

   y una fantasma es guardiana de  los que pelan la pava

   cabe los chumbares oscuros del viejo Toledillo,

   mientras repica en la oscuriá  un lejano cencerro arriero.



  Huele el pueblo a heno, a panes y a cabrerizas lecheras,

  mientras  sube del río un frescor de sotos y cañaveras 

  con rumores de  platillos de  camineras  carretas.



  Conforman al pueblo del alma, un cuadro de misterio

  sosegado con un dulce sonar de gramolas de tabernas,

  que regalan  los eternos cantes de nuestra  tierra próvida,



 con  un río legendario  que es  puente de hermandad fraterna

 entre las gentes de su noble tierra eterna.

 Y, así, nuestra historia es propicio escenario de bellezas.