martes, 30 de abril de 2013

GONZÁLEZ MARÍN, POR FIN RECONOCIDO EN SU PUEBLO


Junto a María D´Albaicín, una secuencia de la película, "El embrujo de Sevilla", filmada en 1.930 en Berlín y París por carecer España aún de medios técnicos para ello, bajo la dirección de Benito Perojo y, Rafael Rivelles y su esposa María Fernanda Ladrón de Guevara (padres de Amparo Rivelles, la célebre artista de "Malvaloca" de Hnos. Quintero) como complemento del gran  elenco artístico.

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            Aprovechando la festividad de nuestra Patrona, La Virgen de los Remedios, se ha llevado a cabo en Cártama una exposición de obras  de artistas locales que merecen todo los elogios por su calidad. Cártama fue siempre, y es,  tierra de artistas.  Para mayor éxito de público, se  ha contado en el mismo local con la primera exposición que se hace en Cártama con referencias fotográficas y otros objetos personales del universal hijo de la villa, el genial artista y hombre bueno por excelencia,  José González Marín, que dio a su  pueblo fama y gloria por tres continentes.


            Felicito de la forma más sincera a la familia del ilustre rapsoda, fallecido hace 57 años, que ha hecho posible este evento, por el que muchos cartameños ha podido comprobar la grandeza de nuestro paisano, como artista de Teatro,  primer actor en las más famosas compañías de la época, actor de cine en el alguna ocasión y rapsoda genial,  creador de  un arte noble y único que cumplió durante la primera mitad del siglo XX una función social de primer orden, al conseguir sacar la poesía de las covachuelas de los intelectuales, para llevársela al pueblo  llano, auténtico dueño del hecho poético, pero asumible por todas las inteligencias en virtud  de un arte escénico e  interpretativo sin par, no repetido, ni posiblemente repetible.


            El acto mariano a cuyo socaire  se ha celebrado esta exposición, trae a las mientes el hecho cierto de que fue él, Pepe González Marín, quien al llevarse a nuestra Patrona, la Virgen de los Remedios, allende los mares en olor de poesía y fervores de aquellos nuestros hermanos de lejanas tierras, consiguió con ello  lo más hermoso que tiene la historia de Cártama:

           
            -- El Hermanamiento de España a través de Cártama y su excelsa Patrona  con          todas y cada una de las Repúblicas hermanas de Ibero américa  cuyos presidentes        le entregaron en persona una enseña nacional en prueba de hermanamiento,      que tanto necesitaba España entonces, y de exvoto. Emociona las palabras que          con ese motivo le dirigió el Presidente de Uruguay cuando la Virgen en brazos   del juglar que la raptó para salvarla de la quema, pasó por aquella república       camino, vía La Plata, de Buenos Aires. Banderas que orlaron los muros eremitas hasta mediados de los años sesenta del pasado siglo en que fueron, al parecer, quemadas. La envidia y el odio tienen esas manifestaciones.


             --Que  sigan las nuevas generaciones siendo  dueñas gozosas   de una tradición          bellísima y multisecular, sustanciada de hitos entrañables que nos enlaza en la   emoción con nuestros antepasados y nuestras  raíces. Y pese a quien quiera   negarlo, por supuesto sin razón alguna, cuando cada 22 y 23 de abril el pueblo en fiesta recibe        a su Patrona en efluvios de comunes sentimientos multitudinarios, se debe a José González Marín.


            --Que Cártama mantenga en Ella su identidad, y que sea uno de los pocos motivos que nos queda para sentirnos hoy orgullosos de nuestro pueblo.
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            --Que sea Cártama el lugar en el que se ha escrito la cantiga mariana, en carne y hueso, no fabulada, de toda la historia de España, que  nada tiene que envidiar a las escritas de su magín por los vates del Mester de Clerecía y Juglaría.

           Así, pues, mi reconocimiento como cartameño a la familia de González Marín, que han hecho posible esta rememoración del genial hijo de Cártama. 

          Confieso que en un principio dudé que, por circunstancias obvias,  fuera oportuna esta muestra. Pese  a ello, no ha sido así,  y lo celebro.