viernes, 12 de abril de 2013

ESCRACHES


                                                      
 

 

 
Que le pregunte ella a sus acompañantes por los arruinados con las PSV de UGT: Dejaron arruinados a 20.000 cooperativistas y un agujero de 200.000.000 pesetas, y, otras cosillas.  
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            En España se está poniendo la cosa más que preocupante, en especial para los que tenemos hijos y nietos a los que, unos hideputas (“honoris causa”, conste)  les han dejado su futuro pendiendo de un hilo. Esto es una pena, un acongojante dolor.

            A los que rondamos por  los 82 años, ya el mero ratio atestigua per se,  haber  visto,  oído y sufrido lo que Dios es Cristo sobre la piel de esta cainita patria. Por supuesto, también se ha gozado  lo pertinente. Lo dijo alguien y lo hago mío: “Nada  humano me es ajeno”, por aquello de Ortega, “el hombre y sus circunstancias”. Pero, voy a lo que voy.

            Me hago cargo, y más siendo yo también sufriente, en cierta  medida, del drama que conlleva para muchas familias honradas el que, sobre carecer de medios para la subsistencia, le echen con la  familia de su vivienda por no poder atender las cuotas de las hipotecas draconianas, a cuya situación se ha llegado por las  barrabasadas que han hecho  los mismos que, inmisericordes,  los desahucia: políticos y banqueros.

            Me recuerda lo anterior un terceto de nuestra poetisa del pueblo, Remedios López, que no sabe leer ni escribir, pero atisba el fondo de la vida con aciertos de dulce sibila:

                                                 Ni en el cielo hay gobierno,
                                                 San Lucas tenía una novia,
                                                Y se la quitó San Pedro

            Parece que España ha hecho de este poemilla emblema de conducta, con latrocinios por doquier, no  del romántico bien de una novia,  sino de millones de euros que están en la mente de todos. Sí, España es un país estafado a lo bestia por los propios españoles.

            Todo lo dicho, para desembocar en la importada y  peligrosísima moda llamada “escraches”, vil sustitución semántica de la coacción imperativa nazista, con amenazas implícitas y amedrentamientos en domicilio, e insultos y denuestos soeces ante las  familias de políticos del “otro bando”, incluidos niños y  mujeres que no son culpables de los terribles desahucios, sino el sistema, y desde hace décadas. A todo esto, resulta paradójico y significativo que la Consejera de la Vivienda de Andalucía, Elena Cortés, haya firmado a lo largo del año pasado unos 130  desahucios, pero no ha tenido empacho en declarar en una entrevista mediática que ella, si no fuera lo que es, formaría en los  “escracher”, pose acorde con lo que quieren aparentar que son y no lo son: Paladines de la Justicia social. ¿En que país vivimos? No ha mucho, el ex presidente del gobierno,  Felipe González, ha dicho: “Hay una crisis institucional que galopa hacia la anarquía” ¿Hacia la anarquía? Eso son palabras mayores. Y, él mismo: "Las familias y los niños no pueden sufrir por lo que no tienen culpa"


            Naturalmente que hay que afrontar, y solucionar urgentemente el drama de los desahucios, pero, siempre dentro del marco del Estado de Derecho, tan conculcado por los mismos que enfáticamente lo cacarean. Diría mi  amigo perote: ¡Vayan ustedes a  la “mielda”!, 

            ¿Qué pasaría si a un padre de familia, acosado él y su familia, responde con la misma violencia y comete una barbaridad en defensa propia? Pues parece que eso es lo que se busca.