sábado, 9 de febrero de 2013

LA CORRUPCIÓN QUE NOS LLEVA AL PRECIPICIO



Esbozo de un capítulo de mi libro en construcción avanzada, "Ecos de la Alhóndida y del Convento"



Una de las muchas veces que soldados del Frente Popular durante la II República  violaban las tumbas de religiosos y personas civiles ("cadáveres de derecha", se justificaban ¡oh Dios!) para exponerlos como "trofeos" revolucionarios y progresistas,   en la vía pública. Entre ellos hay uno o dos  mozalbetes.

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Estos despiadados y macabros hechos se llegaron a vivir  durante la  II República, como consecuencia de un mal concepto de la libertad. Por por la corrupción política e ideológica. Por el desprecio a los principios más elementales que deben adornar al ser humano. Por la falta de orden jurídico. Por por el odio que ello motivó entre clases. Lo cuenta quien, por la edad, llegó a conocer, y sufrir, aquel infierno republicano. Republicanismo español, ya que una República no es necesariamente mala; hay muchas y marchan bien, y muchas monarquías en Europa y marchan mejor.

El problema es la falta de valores esenciales en que ha desembocado España; y la corrupción cenagosa que invade ya todas las capas sociales que emulan a  los partidos políticos, por supuesto más rabiosamente dictatoriales, pero encubiertos y embozados en el apelativo "Democracia" y, en "qué malo fue Franco" (muerto hace 35 años) que la propia Dictadura.

  Cabe preguntarse a la vista de la colectiva locura y desmadre de corrupción que supera al de mayor índice del mundo civilizado,  y  más paro laboral,  si hoy España no se encamina a pasos ostensibles a situación semejante a aquellas dos nefastas Repúblicas: 1ª, la de los Cantones independientes y, la II o del Frente Popular.

El gran dilema de nuestros políticos es que se ha de hablar mucho, y malo,  de ellos; están  en escandaloso entredicho.No saben que el buen gobierno es el que se nota menos.

 No tienen tiempo ni aptitudes para gobernar  los parlanchines compulsivos, sino los que trabajan en serio y con  cuajo, y son rectos y  eficientes en sus gestiones y cometidos.  Y eso es lo que se echa de menos en España y, también,que hay excesivos políticos, todos careados o apesebrados en pegujal común, en el que no han laborado, sino para esquilmarlo. Viven del esfuerzo de los humildes y honrados ciudadanos del común que trabajan,  mientras ellos se eternizan vagueando a base de engaños, tanto los de la  diestra como los de la siniestra. Por supuesto que,  en ambos lados hay excepciones pero, quedan difuminados entre tanto compañero sinverguenza y ventajista. 

Nos han llevado estos mentecatos y avariciosos pulgones chupóctero  a la ruina integral, y, de las ruinas y las miserias materiales, y culturales (la incultura en España es paradigmática según todos los informes) y morales, devienen las guerras y las muertes.
 Lo dice la Historia, y Cicerón alegaba a Catilina: "El bien del pueblo sea la Ley Suprema" 

Pero en España ya no hay Ley. Montesquieau murió.Lo mataron Felipe y Guerra. 

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** NOTA DOLORIDA.- Quien dice esto lo hace con pena infinita y miedo intelectual  de volver de alguna manera a ver lo que vio como "niño de la guerra": Los alaridos de 16 coinos cuando a tiros los mataban al amanecer en Cártama,  carretera de Estación, cerca al puente del río.
 La trágica odisea de mi padre perseguido a muerte por once matarifes con fusiles cuando se escapó del coche en el que le daban el "paseo" por el delito de ganar diez reales de jornal por trabajar de sol a sol en un cortijo  y huía campo a través hacia un refugio en la Sierra de Almotaje, en la que estuvo siete meses hasta la entrada en Cártama de las tropas nacionalistas.

Estando huído como un conejo en la sierra,  mataron a su padre (mi abuelo) a palos en Sierra Gorda, y después, cuando volvía de tomar unos vasos de vino en Coín sus asesinos lo rematado a tiros como un perro.

Estando en la sierra también le mataron a un cuñado, quemado  vivo al caer en unas zarzas cuando logró huir, y a la que prendieron fuego.

 Pero, también vimos sus  seis hijos como nuestro padre, terminada la guerra, perdonó a todos los que tanto daño le hicieron, y yo, el mayor, lo vi más de una vez jugar al dominó en el bar,  de compañero con uno de los milicianos que había ido tras él disparándola, con otros diez del cortejo mortal, mientras corría campo  través es pos de la vida y la libertad.

  Sí mataron al "reo" de inocencia que llevaban con él.

Políticos, seguid, pues,  jugando con la historia y con los dineros de un pueblo con 6.000.000 de parados, de los que muchos sufren hambre y, algunos, se suicidan porque espuriamente hasta se les echa del hogar en que vive con los suyos. 

¡¡Seguid, seguid así,  que vais derechos; y discutid como una rueda de molino que rota sin trigo en tertulias, que ya cansan hasta el vómito, en vez de esforzaron con dos cojones en enderezar el barco de la Patria,  ya escorado!!

¡¡¡Cabrones...!!!