lunes, 21 de enero de 2013

ARTESANÍA TRADICIONAL ESPAÑOLA


Mi viejo amigo y famoso artista escultor, José María Palma Burgos, desde Córdoba, en donde reside, me envió hace unos años un precioso regalo: Un libro sobre la artesanía española, comentado y prologado nada menos que por Julio Caro Baroja y otros ilustres personajes; libro  premiado por el Ministerio de Industria y Comercio titulado, "Artesanía española", que él, en su autógrafo inserto arriba,  llama  desde su sabia perspectiva, "Tesoro de la artesanía". Mi gratitud por ello, y por su amistad, no tiene lindes.

José María hizo el célebre busto de González Marín, que la primera corporación municipal democrática de Cártama, cuando la pieza artística, y sobre un eximio artista del terruño,  se encontraba en los salones del Ayuntamiento esperando un sitio público para su instalación, estuvieron a punto de destruir.  El padre de José Mª Palma Burgos,  "Paco Palma" (con ese sólo enunciado se dice todo en el arte) y su otro hijo, Francisco Palma Burgos, llevaron a cabo la reconstrucción de la Ermita de la Virgen de los Remedios tras ser destruida en 1.936.

Para aquellos lectores míos que les guste las artes artesanas, es la  entrega de hoy, que quizás ampliaré mañana,  en un leal y sincero afán de compartir con los demás  las cosas de enjundia humana y artística. VALE.
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Artesanos del barro
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Arte de la hojalata: jarros, panillas, medias panillas, litros, moldes, coladores, cucharones, , bandejas, faroles de aceite para tinados... Esto me recuerda al "latero" de Cártama, Fernando, que casó con  "mamauche". Fernando,  pese a tener que andar posando las rodillas en el suelo a guisa de los pies (protegidas por una trozo de yanta de coche) y las manos también  por el suelo (a gatas) por una vieja enfermedad  de niño, era , sin duda, un virtuoso del arte de laborar con hojalata enseres de diario uso doméstico ya en parte enumerados, al tiempo que era albañil de enorme intuición  y habilidad creativa. Lo tenían que subir en carrucha al andamio, y, una vez allí, no había quien le echara la pata para el trabajo bien hecho. Hacía a la perfección cántaros y cántaras para aceite y leche de todas las medidas, candiles portátiles y de colgar tan utilizados en aquella época, en la que no todas las casas tenían alumbrado eléctrico y, las que lo tenía la recibían  por la tarde-noche y la fábrica la cortaba  por la mañana al venir el día. Hasta los caminantes nocturnos se valían en las noches oscuras de los  faroles para boyeros  y demás usos que hacía con sus manos Fernando "el Latero" con perfección absoluta. 

El hojalatero en función.


Vemos un viejo molino harinero, antes  instalación de alta alfarería: La atarjea conduce el agua su toma en la  la acequia hasta una represa de obra al final de ella, y, comprimida, el agua que se descuelga a los bajos del molino mueve la piedra que muele el trigo o, la rueda de la  alfarería.

La imagen nos da idea, por su parecido, al molino  que junto a la acequia del Barullo, a 100 metros del río, había en la Colonia de Riarán, de trazas  poéticas, idílicas. Era uno de los molinos que aparecen en el libro de repartimientos tras la toma de Cártama por los Reyes Católicos.  Yo llevé a verlo, una de las veces que estuvo en Cártama,  al poeta, José Carlos de Luna, quien, citando de él solo algunas estrofas,   canta así al molino:
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MI DISCUTIDO MOLINO

Lo que más me gusta a mí
es un molino harinero:
¡de trajín
tan sencillo y jaranero!...

...del molino
 que a la vera del camino
nos brinda con la sorpresa
de su blancura bonita;
con la plata de su presa
y el son de su tarabita...

...Todo   a la antigua usanza,
sin remiendos superiores,
al pie de las enseñanzas
que los moros nos legaron 
cuando los moros andaron
por estos alrededores...

(Del poemario, "LA TABERNA DE LOS TRES REYES" de José Carlos de Luna)

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Forja de  empaque y arte en hierro. Una maravilla.