martes, 20 de noviembre de 2012

"CON LA VERDAD NI OFENDO NI TEMO" (Bolívar)




            Nuestro actual régimen, llamado democrático, ha derivado en el estado de la mentira sin lugar a dudas posibles, y quien más ejercen este deleznable vicio de manara continuada, es la llamada casta política, sin que las excepciones que, naturalmente las hay, logren singularizarse de entre  la asfixiante  masa de embusteros. En relación a ello, se nos ocurren algunas reflexiones a vuela pájaro:

            En la televisión, y hasta en el propio hogar, los niños respiran mentiras. Y, enseñarle a un niño a mentir, o no evitar que  se habitúe a ella,  es darle papilla envenenada. El niño tiene derecho a la verdad como tiene derecho a la salud. Enseñarle a un niño a decir la verdad siempre, es limpiar su alma del bajo polvo de la plebe, de la piara, de la esclavitud  que impone la demagogia.


            La etapa de hombre es la recolección de la etapa de niño.

            El hábito de la verdad necesita, pues, no solo educación, sino cuna. El pueblo que desconoce la altura de la verdad, y no la exige a sus gobernantes, es un pueblo imbecil y esclavo. Y, el hombre singular  que quiere ser veraz pero no ser atreve a ello por respetos humanos y el que dirá de la plebe de embusteros, es de una laya aún más baja  y despreciable que estos. Nunca será persona el que miente siempre, o no es capaz de decirle embustero al que miente, de palabras o por escrito y en cualquier tiempo y lugar.

            Es muy triste presenciar día a día  nuestra patria inundada de mentiras de todo jaez de norte a sur y,  de este a oeste; y, lo que es peor, a muchedumbres y muchedumbres tragando trolas capitalizadas de ladrones descarados impasiblemente.
Hoy España es un una juerga de embusteros. Así nos va.

Este comentarista ha tiempo que hizo suya la célebre frase de Simón Bolívar:  

"Con la verdad ni ofendo, ni temo"