sábado, 28 de enero de 2012

SINGULARES HITOS HISTÓRICOS DE CÁRTAMA

     Regreso de su última visita a América en 1.953.  Poetas y amigos le esperaban en Barajas



Año 1.936. Presidió los actos de INAUGURACIÓN DE LAS NUEVAS SALAS del museo de Julio Romero de Torres el Subsecretario de Instrucción Pública, Emilio Baeza Medina (1), que ostentaba la representación del ministro del Ramo, Francisco Barnés, que había excusado su asistencia por tener que acompañar al presidente de la República a la inauguración de la Feria del Libro de Madrid. Estuvo acompañado de las autoridades provinciales y locales así como de diversas representaciones de la sociedad cordobesa. Pronunciaron palabras de salutación el alcalde y el gobernador civil, contestadas con un breve discurso por el señor Baeza Medina. Cerró el acto el famoso recitador González Marín que declamó composiciones dedicadas a Julio Romero de Torres. En la inauguración estuvieron presentes los llamados por la prensa “expedicionarios sevillanos”, llegados esa mañana en tren especial desde la ciudad hermana, e incluso el cuadro del maestro Realito bailó unas sevillanas en el patio del museo, actuación prevista para poco después en el Centro Filarmónico Eduardo Lucena, pero que hubo de modificarse por lo apretado del programa.




(1) A Emilio Baeza Medina le unía una leal amistad con González Marín desde 1.931, cuando aquel era alcalde de la Málaga republicana, siendotambién  él, quien presidió el acto de inauguración del monumento que el Ayuntamiento que presidía, dedicó al insigne poeta malagueño, Salvador Rueda, que aún sigue a la entrada del parque malacitano, en cuyo acto, actuó el recitador cartameño, para lo que se desplazó desde San Sebastián en donde actuaba; accedió a petición del poeta de Benaque, su gran amigo.
Siendo alcalde de Málaga Baeza Medina, tuvieron lugar la quema de todas las Iglesias y Conventos de la ciudad y, ello, no fue óbice para que cuando la noche de la primera semana de 1.936 González pernoctó en Málaga antes de partir para embarcar en Cádiz rumbo a América llevando consigo la Virgen de Los Remedios, nuestra Patrona, temiendo el rapsoda haber sido seguido desde Cártama depositó la sagrada Imagen (receptora durante cinco siglos de las plegarias de nuestros mayores),  en la casa del citado político republicano, en calle Alameda de Málaga.

Baeza Medina decidió exilarse durante la trifulca de la postguerra. Volvió a Málaga poco tiempo después para reintegrarse a su profesión de abogado avalado por el también abogado y rapsoda José González M arín. Pero hubo de sufrir  las tarascadas políticas de algunos recalcitrantes falangistas que querían volver a tirarle los muebles por el balcón de su domicilio en Calle Alameda 20   --en donde estuvo excilada la Virgen de Los Remedios de Cártama a primeros de julio de 1.936, cual hemos dicho antes--, y fue también   su amigo bueno, Pepe González Marín, quien le defendió con otros malagueños de dichos ataques, dando lugar a que el gobernador civil de entonces se uniera al grupo defensor con un célebre artículo en la prensa titulado, "ALAMEDA Nº 20". De inmediato cesaron los ataques de los enemigos de Baeza  Medina que siguió ejerciendo su profesión de abogado con toda normalidad. La verdad de toda verdad es que Pepe Goinzález Marín al regresar de América en ene3ro de 1.938, fue un decidido defensor de los hombres de izquierda, dato que también cito con pormenores en mi citado libro y, aquí, en breve iknsertaré el testimonio excepcional de uno de los más calificados socialistas de Cártama, ya muerto, Fernando Navarro Cortés; me dejó grabado con su voz dicho testimonio en una cinta durante  una entrevista que le hice acompañado de mi amigo, Pedro Dueñas, para el libro, "El Faraón de los decires", apalativo de admiración del genial periodista, César González Ruano.  que el artista de Cártama hizo célebre con su noble arte de excepción por todo el mundo de habla hispana.



Para tener más cumplida reseña de este inusitado y bello episodio de nuestra historia, me remito a mi libro, El Juglar y La Virgen Peregrina.