sábado, 29 de mayo de 2010



Así, tal como vemos en la fotografía adjunta, llenó los teatros en sesiones de tarde y noche el eximio artista cartameño, José González Marín, con una jarra de agua un vaso y una mesa como único complemente escénico. Con sólo la excelencia de su arte único, su voz, su mímica y su intuición escénica, mantenía a los públicos absortos en sus recitados durante dos horas él sólo, porque, como dijo Manuel Alcántara, "González Marín no era sólo un actor, sino un actor y toda una compañía...". (Apunte extractado de mi libro, de inminente salida,"Cártama en su historia, "El juglar y la Virgen Peregrina", que edita San Pancracio con Patrocinio de Entidad Cultural malagueña)